Vol.1 Núm, 2 | Revista Nueva Época | Julio-diciembre 2023
Los estudios regionales, un campo de
investigación multireferencial
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El surgimiento de los denominadosstudies o estudios en el siglo recien-
te, vislumbra no sólo la transformación de planes y programas acadé-
micos de diversas instituciones de educación superior, sino también a
la forma de investigar los problemas sociales. Los estudios culturales,
interculturales, de género, regionales, por mencionar algunos, apun-
tan a que la realidad es compleja y que sus objetos de estudio no pue-
den ser entendidos por una sola mirada o saber parcelario, sino que, en
términos de Furlan (2001) necesitan apoyarse de diversas disciplinas
para abrirse a otras dimensiones de comprensión.
En ese sentido, un campo de estudio emerge en contraposición y
unicación disciplinaria2 y agrega la idea de multirreferencialidad y
a la conguración de corrientes intelectuales diversas (Weiss, 2003).
Esto, como resultado de procesos sociohistóricos de segmentación y
reconguración institucional, territorial y política en torno al cono-
cimiento, la academia y la investigación (Monteil y Romerio, 2017).
En ese tenor, el campo de los estudios regionales no es ajeno
a dicha genealogía y, si bien, su propósito nace con tintes de deli-
mitación y comprensión de una dinámica propia3, son diferentes
actores, disciplinas, orientaciones y perspectivas teóricas-metodo-
lógicas, algunas convergentes y otras contradictorias, las que le dan
sentido y pertinencia en la actualidad.
La región como centro articulador de este campo, no es mono-
sémico y tampoco ha tenido un tratamiento singular, universal o
ja por el cual se pueda tener un concepto idóneo o una teoría ge-
neral de lo regional, sino al contrario, su denición se ha modica-
do por diferentes disciplinas y circunstancias espacio-temporales
(De la Peña, 1981; Fábregas, 1997).Desde una posición particular, la
heurística de los estudios regionales permite contemplar exibili-
dad y pertinencia, sin perder complejidad, donde diversos procesos
trastocan su quehacer, como por ejemplo, la movilidad humana, la
globalización, el uso de tecnologías avanzadas, las violencias, la vir-
tualidad, entre otros aspectos, que requieren abordajes profundos y
ƴ$WHRSDMꢀdebates que apuntan a diferenciar studies y estudios (no sólo por el idioma)
sino por el origen que implica reconocer posiciones epistémicas y políticas diversas, tal
BNLNꢀKNRꢀDRSTCHNRꢀBTKSTQ@KDRꢀDMꢀ$RS@CNRꢀ4MHCNRꢁꢀ(MFK@SDQQ@ꢀXꢀ+@SHMN@L¤QHB@ꢂ
Ƶ$Rꢀnecesario hacer la acotación que ciertas disciplinas han tenido una posición porosa
en la conformación de sus objetos de estudio y al mismo tiempo se han relacionado con
otras ciencias.
ƶ#Dꢀacuerdo a Benedetti (2009) la noción de región tiene una finalidad analítica y argu-
mentativa que está orientada a reconocer e intervenir el espacio, bajo tres sentidos: a)
división territorial e instrumento de gestión a partir del ordenamiento territorial; b) cons-
trucción política e identitaria por movimientos ideológicos y comunidades imaginadas
ꢃQDSNL@MCNꢀ@ꢀ MCDQRNMꢁꢀꢄꢅꢅꢆꢇꢀXꢈꢀBꢇꢀGDQQ@LHDMS@ꢀLDSNCNK®FHB@ꢀDMB@LHM@C@ꢀ@ꢀBNLOQDMCDQꢀ
cierta lógica organizativa.
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