Vol.1 Núm, 2 | Revista Nueva Época | Julio-diciembre 2023  
Recepción: 03/11/23  
Aceptación: 15/01/24  
El capital territorial: un nuevo aporte  
interpretativo e instrumental para el  
desarrollo regional  
https://doi.org/10.59307/rerne1.244  
Suárez-Paniagua, S. Universidad Nacional Autónoma de Mexíco  
https://orcid.org/0000-0003-1379-1801  
Resumen  
n los últimos años han surgido nuevas perspectivas de análisis  
sobre los espacios regionales y sus posibilidades de desarro-  
E
llo, las cuales muestran un abordaje interdisciplinario y transdis-  
ciplinario en torno a los conceptos recientes de espacio, territorio y  
región, así como de los avances en la agenda de investigación sobre  
los factores que inciden sobre el logro de competitividad y desa-  
rrollo regional. El propósito de este artículo es analizar el enfoque  
del capital territorial, sus planteamientos teóricos y propuestas me-  
todológicas, así como examinar sucintamente su aplicación en una  
investigación realizada con la ꢀnalidad de veriꢀcar su preeminencia  
teórica e instrumental. Los resultados de nuestro análisis sobre el  
estudio realizado conꢀrman que el soporte teórico, las propuestas  
metodológicas y la evidencia empírica del enfoque del capital te-  
rritorial son transcendentes porque permiten vislumbrar factores  
tangibles e intangibles que poseen los territorios, las relaciones de  
los actores locales, así como su capacidad para identiꢀcar y apro-  
vechar aquellos en los que reside el potencial de su desarrollo. En  
otras palabras, corroboran su relevancia teórica, metodológica e  
instrumental. No obstante, se reconoce que es necesario continuar  
trabajando en este enfoque para completarlo y encontrar formas  
para medir cada uno de los bienes del capital territorial.  
Palabras clave: desarrollo regional, capital territorial, competitividad regional.  
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Territorial capital: a new interpretative  
and instrumental contribution to regional  
development  
Suárez-Paniagua, S.  
Abstract  
n recent years, new perspectives of analysis on regional spaces  
and their development possibilities have emerged, which show  
I
an interdisciplinary and transdisciplinary approach, as a result of  
recent concepts of space, territory and region, as well as advances  
in the agenda. research on the factors that aect the achievement  
of competitiveness and regional development. The purpose of this  
article is to analyze the territorial capital approach, its theoretical  
approaches and methodological proposals, as well as to brie€y  
examine its application in a research carried out with the aim of  
verifying its theoretical and instrumental pre-eminence. The results  
of our analysis of the study carried out con„rm that the theoretical  
support, the methodological proposals and the empirical eviden-  
ce of the territorial capital approach are transcendent because they  
allow us to glimpse tangible and intangible factors that the territories  
possess, the relationships of local actors, as well as Their ability to  
identify and take advantage of those in which the potential for their  
development lies, in other words, corroborate their theoretical,  
methodological and instrumental relevance. However, it is recognized  
that it is necessary to continue working on this approach to complete it  
and „nd ways to measure each of the territorial capital assets.  
Keywords: regional development, territorial capital, regional competitiveness.  
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Introducción  
Desde hace algunos años han surgido nuevas interpretaciones sobre  
las regiones con propuestas teóricas y aplicadas para impulsar y al-  
canzar el desarrollo regional. Éstas presentan enfoques cognitivos  
para comprender lo que actualmente llamamos regiones, en los que  
destacan las relaciones complejas que las crean y modi„can, y di-  
lucidan sobre los factores, mecanismos e interacciones que inciden  
en el desempeño de estos territorios. Nuevas interpretaciones que  
adquieren relevancia, por la di„cultad que siempre ha entrañado la  
concepción y delimitación de los espacios regionales, e igualmente  
por la importancia que ha ido adquiriendo la perspectiva de la com-  
petitividad regional e incluso por la necesidad de diseñar y ejecutar  
políticas públicas más adecuadas para el desarrollo regional.  
De ahí, la necesidad de ahondar y avanzar en la construcción  
de nuevos marcos interpretativos que nos permitan, por una parte,  
contar con fundamentos teóricos y metodológicos para comprender  
de manera más conveniente y €uida, lo que signi„ca la región en la  
actualidad, y, por otra parte, discernir sobre lo que representa el de-  
sarrollo regional, particularmente con relación a la competitividad  
territorial o regional. Este imperativo conduce a profundizar sobre  
nuevos aportes teóricos y metodológicos, como el del enfoque del ca-  
pital territorial, que coloca al territorio como el centro del desarrollo  
y que contribuye al análisis de los procesos de desarrollo regional, al  
ponderar que la capacidad de crecimiento y competitividad de una  
región puede forjarse sobre la base de bienes y condiciones que ofrece  
la región, en el contexto de la globalización.  
De ahí que la hipótesis que orienta este trabajo es que el enfoque  
del capital territorial con sus fundamentos teóricos y propuestas  
metodológicas contribuye de manera importante al análisis de los  
procesos de desarrollo territorial, que nos permite profundizar so-  
bre los bienes con los que cuenta un territorio e identi„car aquellos  
que pueden ofrecerle ventajas competitivas, es decir, su patrón de  
desarrollo. Es por ello, que el propósito de este trabajo es exponer  
los fundamentos teóricos y metodológicos de este enfoque y exami-  
nar de manera breve su aplicación en un estudio de caso realizado  
para comprobar su preeminencia teórica e instrumental y su apor-  
tación a las ciencias del desarrollo regional.  
De entrada, la premisa de la que parte la perspectiva del capital  
territorial es la que establece que el territorio está integrado por las  
dimensiones económica, social, cultural, ambiental y política insti-  
tucional, las cuales se interrelacionan, lo que sugiere un abordaje de  
carácter sistémico e integral, es decir, la comprensión del territorio  
como un sistema complejo. Otra proposición en la que se basa esta  
perspectiva es la que considera que las regiones son resultado de  
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relaciones, interacciones, multiplicidad de trayectorias, heterogeneidad,  
y que se encuentran en constante construcción, idea con la cual se  
reconoce que el espacio regional constituye un desa–ío para repre-  
sentarlo y explicarlo (Massey, 2005; Bristow, 2010).  
Ciertamente, el enfoque del capital territorial adopta la propuesta  
interpretativa de región basada en una perspectiva relacional, la cual  
le concede una gran importancia a las relaciones que sostienen los  
actores de este espacio tanto individuales (trabajadores, consumidores,  
políticos) como colectivos (empresas, organismos gubernamentales  
y otras organizaciones) entre sí, pero igualmente a las relaciones que  
mantienen con otros actores de diversos espacios y de distintas escalas,  
es decir, con procesos y circuitos económicos globales (Bristow, 2010).  
La perspectiva relacional coloca a las interacciones entre actores  
e instituciones, y a sus distintas formas de organización social y  
económica, como el centro de análisis e interpretación que permite  
visualizar los espacios regionales, esto es, reconocer su forma, y con  
ello las interacciones entre lo global y local.  
La consecuencia de reconocer las interacciones local-global es  
la valoración de los espacios locales, regionales o nacionales, desde  
una perspectiva territorial, esto es, apreciar la importancia de los  
territorios, lo que contienen, sus recursos, actores y lo que los con-  
„
gura, así como los €ujos y redes que despliegan con otros espacios.  
De lo que deriva la fusión del enfoque relacional y del territorial  
para examinar los espacios en sus distintas escalas, fusión que se  
encuentra en el enfoque del capital territorial.  
De la unión de estos enfoques se deduce que para estudiar y  
delimitar una región (que no necesariamente tiene límites territoria-  
les „jos, o bien que estos cambian rápidamente con el transcurso del  
tiempo) es necesario, por una parte, considerar aquellas características  
esenciales que permiten identi„carlo como territorio o territorios,  
especialmente identi„car a sus actores, y por otra parte reconocer  
sus interacciones económicas, sociales, políticas que despliegan  
en su interior, así como aquellas que establecen con otros espacios  
de distintas escalas, para captar los procesos que la modelan y la  
construyen, comprender que se trata de una región abierta, que se  
encuentra en un contexto de globalización.  
Por otra parte, el enfoque del capital territorial admite que las  
regiones tienen relevancia en un proceso económico que fomenta  
la competencia no sólo entre empresas, sino entre territorios, lo  
que ha llevado a reinterpretar y dotar de un signi„cado más amplio  
a lo que se comprende como desarrollo regional, que analiza este  
proceso desde una perspectiva territorial, es decir, presta atención  
a las expresiones territoriales de los procesos económicos, sociales,  
culturales, ambientales y políticos, y sus interrelaciones, que „nal-  
mente se materializan en las prácticas socio-espaciales, aceptando  
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que son las que permiten explicar los cursos que siguen los territorios,  
en este caso, a escala regional. Asimismo, esta nueva interpretación  
del desarrollo regional, implica ponderar a los actores territoriales,  
sus interacciones, lo que conduce a la comprensión de qué, en realidad,  
los territorios son sistemas territoriales multiescalares y multisi-  
tuados, articulados por conexiones y €ujos (Gasca, 2020).  
Precisamente con base en esta perspectiva territorial se propone  
estudiar y elaborar estrategias de desarrollo regional que colocan en  
el centro al territorio, pero ahora introducen como propósito central  
del desarrollo, el logro de la “competitividad territorial”, que reside  
no sólo en alcanzar la competitividad en el ámbito económico, sino  
también en todas las dimensiones presentes en el territorio, a saber:  
económica, socio-cultural, ambiental y político-institucional, como  
lo establece la Comisión Europea a través del Observatorio Europeo  
en su programa LEADE¤ (Comisión Europea, 1999).  
Esta competitividad territorial se comprende no sólo cómo la  
capacidad que deben tener los territorios para enfrentar la com-  
petencia del mercado, sino que también la aptitud de garantizar  
al mismo tiempo “…la sostenibilidad medioambiental, económica,  
social y cultural, mediante prácticas de integración en redes y de ar-  
ticulación territorial” (Observatorio Europeo, 1999, s.p). De tal suer-  
te, que con esta propuesta, se entiende al desarrollo regional como  
el proceso encauzado de las regiones hacia el logro de la compe-  
titividad territorial, tomando en consideración que dicho proceso  
debe contemplar a todas las dimensiones presentes en el territorio  
regional y sus interrelaciones, razón por la cual la región debe ser  
analizada desde una visión sistémica, y con la participación deci-  
siva de las comunidades locales en la construcción de un proyecto  
o agenda regional, en los que se desplieguen estrategias y políticas  
públicas transversales (Boisier, 1999).  
Por supuesto, que el enfoque del capital territorial adopta estos  
principios y propuestas de competitividad territorial, especialmente  
porque se juzga que el desempeño de las regiones sigue siendo disí-  
mil, particularmente respecto a su dimensión económica, mientras  
que unas han logrado tener un mejor desempeño en términos de  
crecimiento económico, otras han tenido un desempeño desfavorable,  
por lo que el propio enfoque del capital territorial trata de esclarecer  
cuáles son los factores que inciden para que algunas regiones sean  
ganadoras en el contexto de competitividad económica y otras sean  
perdedoras.  
Es evidente que, el interés por esclarecer, cuáles son los factores  
que pueden contribuir al logro de la competitividad económica de las  
regiones, y en términos generales para conseguir competitividad terri-  
torial, que conlleva el desarrollo regional, ha dado lugar a la creación  
de nuevos marcos interpretativos y metodologías para examinar a  
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las regiones y ahondar en los factores, mecanismos e interacciones  
que les posibilitan el logro de su competitividad territorial, entre  
ellos, el del “capital territorial”, que a continuación se aborda.  
Nuevo marco interpretativo: el capital territorial  
La categoría de capital territorial se construye desde 1999, cuando  
el Observatorio Europeo LEADE¤ explica que éste “…representa el  
conjunto de elementos a disposición del territorio, de carácter tanto  
material como inmaterial, que puede constituir de cierto modo, activos,  
y de otro, di„cultades”. (1999, pág. 19). Además, enuncia que entre  
los bienes de capital se encuentran: los recursos naturales, la cultura  
e identidad del territorio, los recursos humanos, los conocimientos  
técnicos, las instituciones y administraciones locales, las actividades  
y empresas, los mercados y las relaciones externas, la imagen y  
percepción del territorio (Observatorio Europeo, 1999).  
Más adelante, en el año 2001, la Organización para la Cooperación  
y el Desarrollo Económico (OCDE) amplía su signi„cado, señalando  
que se trata de un capital especí„co, con el que cuentan los territorios,  
y especí„ca los elementos que lo integran, entre ellos: la ubicación  
geográ„ca, su extensión territorial, recursos naturales, clima, tradi-  
ciones, factores de producción, calidad de vida, distritos industriales,  
economías de aglomeración, reglas informales, entendimientos entre  
agentes, así como un factor intangible el “ambiente” que hace posible  
desarrollar creatividad e innovación (OCDE, 2001, pág.15).  
Posteriormente en el año 2008, Roberto Camagni, no sólo  
establece con claridad y precisión el signi„cado de la categoría capital  
territorial, sino que desarrolla un nuevo marco interpretativo para  
analizar las regiones y sus posibilidades de desarrollo. Un paradigma  
que surge de la convergencia de los enfoques de crecimiento basados en  
la oferta y de la corriente de desarrollo endógeno –distritos industriales,  
entornos innovadores y sistemas locales de producción (Camagni,  
1
2
021). Para este autor el capita territorial re„ere a “…todos los activos  
delimitados geográ„camente de naturaleza territorial –ya sean naturales  
o arti„ciales, materiales o inmateriales, cognitivos, sociales, culturales  
o identitarios- en los cuales reside el potencial de competitividad  
ƴCamagni aclara que el concepto de capital generalmente se ha utilizado para referirse  
a un bien, o acervo de un recurso acumulado a lo largo del tiempo y que genera un flujo  
de beneficios, e igualmente que debe acumularse mediante un proceso de inversión que  
implique costos y debe ser enajenable, lo que sin duda se cumple en el caso de bienes  
materiales, sin embargo, desde su punto de vista existen otro tipo de bienes que son  
inmateriales y colectivos, los cuales también pueden ser considerados como capital, por-  
que generalmente también implican costos y su uso en funciones de cuasi-producción  
justifica su incorporación como elementos del capital (Camagni, 2009, p.121; 2020, p.40).  
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de las regiones y sus lugares” (2020, pág.19). Pero aclara que estos  
activos pueden constituir el potencial de competitividad de las regiones,  
siempre y cuando los actores locales puedan valorizar sus activos o  
capacidades (naturales, culturales, conocimientos técnicos, relaciones  
sociales, instituciones) y puedan utilizarlos de manera efectiva.  
Para Camagni, el alcance de la categoría capital territorial  
reside en el reconocimiento de posibles interacciones entre activos de  
distinta naturaleza, y juzga que su enfoque de„ne explícitamente las  
propiedades de los activos que forman parte del capital territorial, lo  
que permite identi„car las potenciales interacciones y sus implica-  
ciones para el diseño y ejecución de las políticas de desarrollo, de  
ahí que esta categoría no sólo posee una índole teórica, sino que  
también una de tipo instrumental.  
Este autor ha elaborado una taxonomía de aquellos bienes  
materiales e inmateriales que pueden considerarse como parte del  
capital territorial. De hecho, Camagni determina que existen bienes  
tangibles e intangibles que constituyen el capital territorial, los clasi„ca  
y los ordena de acuerdo al grado de disputa de que son objeto por  
parte de los distintos actores del territorio (de alta o baja rivalidad).  
A continuación, se muestra su clasi„cación.  
Cuadro 1Capital Territorial: Taxonomía  
Fuente: Camagni (2008, pág.38).  
En esta clasi„cación puede apreciarse que los bienes son de distinta  
naturaleza y entre ellos se encuentran algunos que han sido consi-  
derados tradicionalmente como factores de crecimiento económico,  
tales como: el capital, el trabajo, los recursos locales y la infraes-  
tructura, pero, destacan otros bienes que actualmente son considerados  
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como motores de crecimiento y de competitividad económica, a  
saber: los procesos cognitivos, los procesos de innovación cientí-  
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ca-tecnológica, su transferencia, la conectividad, las economías de  
aglomeración, las alianzas público-privadas, la calidad de las  
instituciones, la capacidad de cooperación (vínculos reales entre  
los agentes económicos), la acción colectiva. De hecho, Camag-  
ni, cataloga a estos últimos bienes como factores innovadores  
del capital territorial, varios de ellos de carácter mixto, es decir,  
de una combinación entre bienes duros (tangibles) y blandos  
(
intangibles).  
Sin duda, el capital territorial ofrece un novedoso marco  
interpretativo para examinar los sistemas territoriales, funda-  
mentalmente para dilucidar de manera más rigurosa los patrones  
muy variados de crecimiento económico regional, tomando en  
consideración el planteamiento de Camagni (2008), de que las  
regiones compiten entre sí sobre la base de la ventaja absoluta,  
esto es, según su capacidad de especializarse en aquello que sea  
más productivas, en lo que produzcan con menores recursos, e  
2
igualmente de acuerdo con sus ventajas competitivas, es decir,  
con las condiciones que la región brinda a las empresas (ubicación  
geográ„ca, infraestructura, costos de mano de obra, disposición  
de materias primas, normas culturales, e„ciencia logística) que  
les permite obtener una ventaja de costos. Por lo que conforme a  
este supuesto, los bienes locales se convierten en el potencial de  
crecimiento económico y de la competitividad regional, con otras  
palabras, en el capital territorial reside la capacidad de competir.  
Es importante señalar, que el enfoque del capital territorial  
exhorta a analizar las disputas que existen por los distintos bienes  
entre los actores de un territorio determinado, puesto que reconoce  
la existencia de con€ictos para disponer o disfrutar de ciertos  
bienes, por algunos grupos, es decir, que admite que el territorio  
es un proceso dinámico de apropiación del espacio.  
Ahora bien, el enfoque de capital territorial no sólo permite  
tomar en consideración aquellos bienes que son decisivos para  
que una región sea competitiva, sino que señala la necesidad  
de que los actores locales tengan o desarrollen la capacidad de  
transformar estos bienes en una acción efectiva para convertirlos en  
un potencial de crecimiento y competitividad, a través de accio-  
nes colectivas, fundamentalmente construyendo asociaciones  
público-privadas.  
ƵPorter, fue el autor que estableció que las ventajas competitivas son los benefi-  
cios que obtiene una empresa capaz de crear valor, que pueden tomar la forma  
de precio menores que su competencia, o bien el suministro de beneficios ex-  
clusivos para sus compradores que sobrepasan un costo extra (1990, pp.15-16).  
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Figura 1 Capital Territorial  
Fuente: elaboración propia con base en Camagni (2008).  
Se aprecia que el enfoque de capital territorial no sólo posibilita  
adquirir una visión distinta de los territorios, y en este caso de las  
regiones, por los distintos bienes de capital que cada uno de ellos po-  
see y que los hace diferentes y singulares, sino también porque permite  
comprender las distintas posibilidades de desarrollo que tienen las  
regiones y el papel tan importante que desempeñan o pueden lle-  
gar a desempeñar los actores locales, quienes en última instancia  
son los que pueden hacer un uso e„ciente de los bienes con los que  
cuentan en aras de lograr un mayor desarrollo o competitividad. En  
de„nitiva, el enfoque de capital territorial posibilita identi„car los  
bienes de capital con los que cuenta cada territorio y aquellos que  
brindan ventajas al territorio, de acuerdo con la valoración y uso que  
los actores locales hagan de ellos, de lo cual se derivan patrones de  
desarrollo únicos y por ende diferentes de cada territorio.  
Nuevos enfoques metodológicos  
Para comprobar la contribución de las propuestas metodológicas  
del enfoque del capital territorial, a continuación, se dan a conocer  
las pautas metodológicas formuladas para el análisis y valoración  
del capital territorial y en el siguiente apartado se examinará su  
aplicación en una investigación realizada, así como su trascendencia  
para el análisis del desarrollo regional.  
De acuerdo con los elementos teóricos del capital territorial  
bajo la premisa de que cada territorio cuenta con un capital territorial  
(
especí„co, que es distinto al que poseen otros territorios, para el estudio  
del desarrollo regional), el enfoque en primer lugar, propone una clara  
de„nición de los componentes del capital territorial y establece clasi„-  
caciones, con el objeto de descubrir aquellos que posee un determinado  
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territorio. Tarea que sólo es un primer paso metodológico, porquelo  
más importante es poder identi„car las especi„cidades susceptibles de  
aprovecharse y ponerse de relieve, para detonar un desarrollo territorial  
(Observatorio Europeo LEADER, 1999, pág.19).  
Se subraya que el trabajo de investigación reside en identi„car  
aquellos bienes con los que cuenta un territorio que le proporcionan  
un mayor rendimiento que el que obtienen otros territorios, que son  
los más adecuados para invertir en ellos, utilizar estos bienes y su  
potencial de manera más e„caz, como lo sostiene Camagni (2020).  
Pero, sobre todo debe obtenerse información sobre la valoración,  
uso y aprovechamiento de estos bienes del capital territorial que ha-  
cen los actores locales, ya que de ello depende que tipo de estrategias  
podrían desplegar para aprovechar los bienes con los que cuentan,  
utilizar de manera e„caz los recursos disponibles.  
El Observatorio Europeo Leader, propone algunas pautas me-  
todológicas para el análisis del capital territorial, e igualmente para  
la valoración que puede realizarse de cada uno de los componentes.  
Así, el observatorio identi„ca ocho componentes que forman parte  
del capital territorial, a saber: recursos –ísicos y su gestión, cultura e  
identidad del territorio, recursos humanos, instituciones y adminis-  
traciones locales, actividades y empresas, mercados y las relaciones  
externas, la imagen y percepción del territorio. Además, determina  
una escala de valoración de 0 a 5, que oscila entre “nulo” (0), “muy  
malo” (1),” malo” (2), “medio” (3), “bueno” (4), y “muy bueno” (5) con el  
propósito de evaluar la situación de cada uno de los componentes del  
capital territorial en función de su competitividad territorial, lo que  
puede representarse en una grá„ca, y con ello obtener un per„l del  
territorio (Observatorio Europeo, 1999, p.22).  
ƶDesde la perspectiva territorial del desarrollo, debe contemplarse al territorio,  
como un espacio que está compuesto de varios sistemas: de externalidades loca-  
lizadas, de producción, de elementos culturales y de reglas, prácticas e institu-  
ciones (ver Camagni, 2020). Pero, indudablemente teniendo en cuenta que dicho  
espacio tiene interacciones con otros espacios, y que, en caso de las regiones, se  
trata de regiones abiertas y flexibles.  
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Figura 1. Gráca de los componentes del capital territorial  
Fuente: tomado de Observatorio Europeo LEADE (1999).  
El seguir estas pautas metodológicas hace posible identi„car los bienes  
de un territorio determinado, y facilita descubrir las especi„cidades  
relevantes, así como conocer las interacciones entre los distintos  
componentes. No obstante, el análisis del capital territorial es una  
tarea compleja, porque como lo señala el propio Observatorio Euro-  
peo, el capital no es estático, es dinámico, y porque la evaluación de  
este capital, debe realizarse tomando en consideración los procesos  
históricos que han dado paso a la construcción del territorio. Ade-  
más, el análisis se vuelve más complejo, porque tiene que reconocer  
y valorar los vínculos que el territorio tiene con otros, esto es, con  
el exterior, para poder detectar oportunidades en los mercados, de  
captar inversiones del exterior (Observatorio Europeo, 1999, pág.21).  
Como hemos visto, Camagni elabora una taxonomía de los bienes  
de capital territorial que permite no sólo identi„car aquellos bienes  
que posee un territorio determinado, sino que posibilita evaluar  
aquellos bienes que considera que son más relevantes en lo que  
conciernen a las lógicas de acumulación, explotación inteligente y  
apoyos para la ejecución de políticas enfocadas al logro de un mayor  
desarrollo económico (2020, pág. 27). Además, este autor determina  
algunos bienes de carácter intangible que son relevantes para la va-  
loración, uso y aprovechamiento de otros bienes, para crear sinergias  
que hagan posible la realización de estrategias y políticas dirigidas  
a conseguir una mayor competitividad territorial, tales como el capital  
relacional, redes de cooperación y capital social.  
De tal suerte, que el enfoque interpretativo del capital territorial  
ha dado lugar a la elaboración de pautas metodológicas que son re-  
levantes para el estudio del capital territorial y su contribución al  
desempeño de las regiones en un contexto de competitividad y para  
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el desarrollo. Enseguida, se revisará los fundamentos teóricos adopta-  
dos en el estudio de caso que se ha elegido para valorar la importancia  
del enfoque del capital territorial, así como el procedimiento, fuentes  
de información, variables y las pautas metodológicas seguidas en el  
estudio de caso para el análisis e interpretación de los datos.  
Resultados  
Al examinar la aplicación del marco interpretativo del capital terri-  
torial y sus pautas metodológicas, en el estudio de caso realizado por  
4
Suárez, et.al.(2021) sobre la competitividad de la región centro del  
estado de Guanajuato y valoración de su capital territorial, se encontró  
que en este trabajo se conjuntaron dos interpretaciones del capital  
territorial, la planteada por el por el Observatorio Europeo Leader  
y la formulada por Camagni, porque se considera que ambas brindan  
nuevas y distintas categorías, metodologías, clasi„caciones de los  
acervos del capital territorial e incluso propuestas de medición o  
evaluación de estos acervos, en suma, porque se complementan y  
ofrecen una visión más comprensiva del capital territorial. La obra  
profundizó en los fundamentos teóricos, desde la mirada que ofrece  
sobre el territorio, al considerarlo como un sistema complejo, sistema  
en el que distintos bienes y condiciones de los que dispone y su uso  
por los actores que forman parte de él, le otorgan ventajas o desventajas  
en un contexto de competencia inter-regional y mundial.  
Ciertamente, el estudio abordó el fenómeno de la globalización,  
el enfoque de desarrollo territorial, el de la competitividad territorial,  
así como la perspectiva de capital territorial. Dilucidó las aportaciones  
teóricas conceptuales del capital territorial, entre ellas, que integra  
los enfoques del crecimiento económico basadas en la oferta, que  
enfatizan sobre los factores tradicionales: capital, mano de obra,  
recursos locales e infraestructura, con los enfoques del desarrollo  
endógeno (distritos industriales, entornos innovadores), que valoran  
los factores intangibles, tales como el capital social, el capital relacional,  
el ambiente de negocios. Expuso la composición del capital territorial,  
es decir, los bienes tangibles e intangibles que posee de manera par-  
ticular cada territorio, que se reconocen como activos y propiamente  
como recursos que pueden tener procesos de acumulación, pero  
también de decrecimiento o deterioro.  
Además, se presentaron las propuestas metodológicas para la  
clasi„cación, identi„cación, medición, valoración y análisis de los  
bienes de capital territorial, si bien se hace referencia a las propuestas  
ƷVer Suárez, S., García, I., y Zúñiga, V. (2021) La competitividad de la región  
centro del estado de Guanajuato y valoración de su capital territorial. Bonilla  
Artigas editores.  
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metodológicas del Observatorio Europeo Leaderyla de Camagni, sólo  
se utilizó la metodología propuesta por el Observatorio para llevar a  
cabo el análisis del capital territorial de la región objeto de estudio. Se  
piensa que ello se debió a que la metodología del Observatorio para  
clasi„car y medir los acervos del capital territorial tiene referentes  
más concretos y que por ende se podría contar con más información  
sobre los acervos de los territorios, a diferencia de la metodología de  
Camagni, que contiene más acervos con elementos abstractos.  
Ahora bien, sobre la base del planteamiento de la competitividad  
territorial, y sus diferentes esferas: económica, social, medio ambiental y  
los componentes del capital territorial vinculados a cada competencia,  
establecidos por el Observatorio Europeo Leader, Suárez, García y  
Zúñiga procedieron a la identi„cación y análisis de los distintos acervos  
de que dispone cada municipio que forma parte de la región, en cada  
una de las dimensiones presentes en el territorio, a la que estas autoras  
añadieron la político-institucional.  
Se advierte que para obtener información sobre cada componente  
y dar cuenta de su disposición en el territorio, en la investigación  
realizada se identi„caron variables económicas, sociales, educativas,  
medio ambientales, políticas, que permitieran cuanti„car u obtener  
conocimiento cualitativo de cada uno de ellos. Las fuentes de infor-  
mación utilizadas fueron de estadísticas o„ciales, publicaciones  
gubernamentales, bases de datos y entrevistas.  
Desde luego, el trabajo presenta los bienes de distinta naturaleza  
tangibles, intangibles) de los que dispone cada municipio, vinculados  
(
a cada dimensión de la competitividad, es decir, que da a conocer el  
capital territorial con el que cuenta la región. Además, el estudio expone  
una valoración sobre la disposición de los bienes con los que se cuenta  
y al mismo tiempo formula una evaluación sobre la capacidad de los  
actores locales para reconocer y aprovechar de manera su„ciente y  
estratégica los bienes que posee su territorio, en función de lograr la  
competitividad económica, social, cultural, medio ambiental y po-  
lítico institucional, capacidad que se considera decisiva en el enfoque  
para alcanzar un mayor desarrollo y posición en la economía global.  
Cabe señalar, que la valoración fue realizada tomando en cuenta la  
propuesta del Observatorio Europeo Leader, pero modi„cándola,  
determinando una escala de tres a cero, en la que tres representa  
mayor disponibilidad y aprovechamiento por los actores locales, dos:  
su„ciencias, uno: insu„ciencia y cero: carencias.  
Entre los resultados más importantes del estudio, se encuentran  
que los territorios de los municipios que forman parte de la región no  
poseen ni la misma cantidad de bienes de capital territorial, ni tam-  
poco de la misma naturaleza, en algunos casos, cuentan con mayor  
cantidad de bienes económicos, o bien culturales, o institucionales,  
lo que con„rma que cada territorio goza de un capital territorial  
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único. Asimismo, se descubrió que los actores locales de cada muni-  
cipio no valoran y aprovechan de la misma manera sus acervos para  
lograr competitividad, ni fortalecen la generación de interacciones  
entre los distintos componentes.  
De acuerdo con estos resultados, de los diferentes stocks de  
bienes de capital territorial con el que cuentan los municipios que  
forman parte de la región, y de las distintas formas de valoración  
y aprovechamiento que realizan los actores locales de este capital,  
se concluye que los municipios presenten distintos niveles de com-  
petitividad territorial, en sus diversas dimensiones. Si bien existen  
diferencias en niveles de competitividad a escala municipal, el aná-  
lisis del capital territorial realizado a escala regional determina que  
la región presenta un nivel medio de competitividad, puesto que en  
la escala de valoración en casi todas las dimensiones de competitivi-  
dad se obtuvo un valor de dos, que signi„ca que existen su„cientes  
bienes, pero que no son aprovechados de manera estratégica para  
lograr mayor competitividad. Aunque claramente, el estudio reve-  
la que en general la región no posee de manera su„ciente algunos  
bienes intangibles, que hoy en día son considerados esenciales para  
que los territorios sean competitivos, entre ellos, procesos cogniti-  
vos, cooperación y con„anza entre distintos actores, asociaciones  
público-privadas.  
Sin duda, la investigación que se llevó a cabo consigue identi„car  
el capital territorial con el que cuenta la región y particularmente  
aquellos bienes que son decisivos para promover procesos de desarrollo  
y competitividad regional. Información que permite la formula-  
ción y propuesta de estrategias para emplear de manera más e„caz  
aquellos bienes que pueden constituir ventajas competitivas del es-  
pacio regional por parte de los actores locales. Estrategias que son  
el resultado de la aplicación del modelo conceptual y analítico del  
capital territorial y que están orientadas a lograr mayor competi-  
tividad en cada dimensión: económica, social, medio ambiental y  
político-institucional.  
En suma, el estudio generó conocimiento sobre los bienes que  
integran el capital territorial de la región, particularmente de aquellos  
activos que tienen un potencial para impulsar procesos de desarrollo  
y de competitividad, así como sobre las capacidades que tienen los  
actores locales para aprovecharlos, o bien la necesaria ampliación y  
fortalecimiento de estas capacidades para construir un capital relacional  
que permita conseguir un mejor y mayor disposición de este capital  
en aras de la competitividad regional. Por último, podemos decir  
que se comprueba la trascendencia teórica, metodológica e instru-  
mental del enfoque de capital territorial, en el estudio en el que se  
aplicó para el estudio de caso.  
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Conclusiones  
En de„nitiva, se ha podido constatar que el desarrollo teórico y me-  
todológico del enfoque del capital territorial constituye un avance  
signi„cativo en el campo de los estudios regionales y fundamen-  
talmente sobre el desarrollo regional, puesto que sus aportaciones  
teóricas permiten delimitar este espacio geográ„co con base en sus  
activos territoriales y la actuación de sus actores, comprenderlo al  
mismo tiempo como espacio regional abierto y con límites –ísicos  
que dan cuenta de un sistema complejo, cuya dinámica lo coloca en  
una determinada posición dentro de la economía globalizada.  
Sin duda, el concepto del capital territorial, las clasi„caciones  
de los diferentes bienes que lo integran, y la identi„cación de aque-  
llos de los que disponen los territorios, así como la indispensableva-  
loración de las capacidades que tienen los actores locales para iden-  
ti„car, valorar y aprovechar aquellos bienes que le pueden brindar  
competitividad a sus territorios, constituye un valioso aporte para  
llevar a cabo análisis de los procesos de desarrollo regional.  
Además, el desarrollo teórico del capital territorial, ha ido a la  
par con el despliegue de métodos para su clasi„cación, análisis y  
evaluación, así como para examinar sus procesos de acumulación o  
depreciación, lo que permite su aplicación en estudios territoriales  
concretos, como se ha visto en la revisión del estudio de caso que se  
ha presentado. Igualmente se ha podido apreciar que el análisis del  
capital territorial y de las capacidades de los actores locales para su  
aprovechamiento, conduce a establecer estrategias orientadas a un  
uso más e„caz para conseguir competitividad territorial, es decir,  
que también es valioso porque posee un carácter instrumental, que  
tiene implicaciones para el diseño, ejecución y evaluación de políti-  
cas de desarrollo regional.  
En suma, el marco interpretativo del capital territorial es muy  
fructífero, ha signi„cado un avance importante en la agenda de in-  
vestigación de los estudios regionales-territoriales, pero aún queda  
mucho por hacer, porque hacen falta formas para medir cada com-  
ponente del capital territorial, así como las interacciones entre los  
actores locales y externos.  
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